LAS CARTAS

¿QUIÉN SERÁ ESTE SEÑOR JOSÉ FUZEIRA?

Lea la carta que dio inicio a la polémica de la prohibición y la respuesta de la mujer que se atrevió a enfrentar el prejuicio.

Carta del Señor José Fuzeira que fue dirigida al Presidente
Getúlio Vargas y fue publicada en el periódico Diário da Noite.

(pasajes de la carta original)

Ilustrísimo Señor Presidente de la República, Doctor Getúlio Vargas

Excelentísimo Señor, mis reverencias de respeto. Permite, Usted Excelencia, que el signatario, aunque sin disponer de las acreditaciones de cualquier autoridad educativa o científica, solicite algunos minutos de atención para el magno problema que, a continuación, será comentado. (…)

Viene, pues, respetosamente, solicitar clarividente su atención, excelencia, para que sea conjurada una calamidad que está por derrumbar encima de la juventud femenina de Brasil. Me refiero, Señor Presidente, al movimiento entusiasta que está estimulando a cientos de chicas, atrayéndolas para transformarse en jugadoras de fútbol, sin llevarse en cuenta que la mujer no podrá practicar ese deporte violento sin afectar, seriamente, el equilibrio psicológico de las funciones orgánicas, debido a la naturaleza que la dispuso a “ser madre”. (…)

“A lo que dicen los periódicos, en Rio ya están conformados nada menos de que diez marcos femeninos. En São Paulo y en Belo Horizonte también ya se están constituyendo otros. Y, en este creciendo, en un año es probable que en todo Brasil estén organizados unos 200 clubes femeninos de fútbol, o sea, 200 núcleos destrozadores de la salud de 2200 futuras madres…(…)”

“Que nos conste, similar disparate deportivo todavía no ha surgido en ningún otro país. Así, para evitar que sus primicias degenere en una calamidad contra la salud y la compostura deportiva del bello sexo, apelo para un asentimiento de reconocido y elevado sentido suyo, excelencia (…) solicite el consejo de un grupo de médicos, con el objetivo de que los mismos, decidan si, efectivamente, la mujer puede, sin manifiesto y grave perjuicio, integrar como elemento activo, a un deporte de atritos y físicos rudos y agresivos…(…)”

“Que Usted, Excelencia, Señor Presidente, acuda y salve a esas futuras madres del riesgo de destruir a su preciosa salud, y aún más a la salud de los futuros hijos de ellas… y de Brasil.”

Sr. José Fuzeira
7 de mayo de 1940 (Diário da Noite)

Periódico Jornal dos Sports – 10 de mayo de 1940

En respuesta al Señor José Fuzeira, la jugadora Margarida Pereira, más conocida como “Adiragram”, defendió la práctica del fútbol femenino.

“Leí con atención la carta que fue dirigida por el Señor José Fuzeira a un periódico de nuestra ciudad. Inicialmente, consideré el caso en serio. Reflejando, me pregunté a mí misma: ¿quién será ese señor José Fuzeira? Certifiqué, desde pronto, que ese caballero es desconocido en el deporte, faltándole, por lo tanto, la autoridad para discutir el tema. Buscó tornarse célebre en los medios deportivos solamente con una carta que fue dirigida al más alto magistrado del país”

“Hay hombres cuyos quehaceres les dan tiempo hasta para tratar de asuntos femeninos. (…) El Señor José Fuzeira debería ver a la práctica de fútbol femenino, para certificarse lo cuanto es saludable ese deporte y sus beneficios dados a sus practicantes.”

“De hecho que el fútbol, como otros deportes, no puede ser practicado por todos, principalmente, por aquellos que tienen aversión a la educación física y que solo hacen gimnasia por la radio, recelosos de presentarse en público…(…)”

“El Señor Fuzeira, cualquier día, verá que la natación es perjudicial al sexo femenino porque el agua podrá engripar a las competidoras y las ropas cortas y bañadores no están de acuerdo con su modo de pensar sobre las futuras madres.”

“El Señor Fuzeira está invitado a ver al primer encuentro de fútbol femenino e indicar, públicamente, cuales son las desventajas de su práctica de la manera en que está siendo empleada entre las jóvenes brasileñas”

“Además de eso, el Señor Fuzeira debe preocuparse con los niños que juegan a la pelota con calcetines en la calle de su residencia, rompiendo las ventanas del vecindario. En ese caso, el escritor del misivo prestaría un gran servicio y no tendría tiempo de preocuparse con cosas que solo interesan al sexo débil.”

EM EL MUSEO DEL FÚTBOL

Estadio de Pacaembu
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São Paulo - SP
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